Los gatos son unas de las razas más ancestrales que llegaron a cautivarnos, desde hace unos 9,500 años; poseen una de las personalidades más extravagantes y complicadas, y eso nos bastó para que el ser humanos terminara enamorado de los felinos. Actualmente, se calcula que en todo el planeta hay tres gatos por cada perro, sin embargo: ¿qué tanto sabemos de ellos?

Estudios recientes aseguran que los gatos tienen gustos propios, una personalidad y un lenguaje que nos impide comprenderlos al cien por ciento, e incluso se ha pensado que nos ven como “gatos grandes torpes”, esto se debe a que los mininos nos ven como iguales; la conducta social de los gatos no cambia entre los de su propia especie y nosotros.

Los gatos se desenvolverán de acuerdo con su ambiente, por ejemplo, si su entorno es de estrés, el minino claramente tiende a ser nervioso e incluso agresivo, demostrando lo perceptivos y emocionales que son.  John Bradshaw lo explica claramente en su libro Cat Sense, el comportamiento del gato no se adapta como en los perros; el perro (…) nos percibe como algo distinto a ellos: en cuanto ven un humano, cambian su conducta, el gato no.

En cuanto a sus sentidos, los gatos son híper sensibles, los gatos pueden ver bajo la luz más tenue, sus ojos están diseñados para aprovechar cualquier tipo de luz; de igual manera poseen un campo de visión muy amplio, lo que les permite estar alertas. Su paladar, uno de los más delicados, ya que son capaces de detectar algún “elemento extraño” en su alimento, pero no se preocupen, van disminuyendo conforme van pasando los años.

A pesar de todas sus exigencias y peculiaridades, éstas no impiden que los gatos sean una mascota perfecta, nos brindan el cariño que ellos creen justo, además que siempre están en el momento más oportuno, una compañía única.

@10DedosdeFrente