Los husos horarios son una convención mundial muy antigua, gracias a la cual, todos en la Tierra funcionamos al mismo tiempo.
Fue en el año 1870 cuando Sir Standford Fleming, ingeniero canadiense, planteó dicha estandarización. Se tardó catorce años en poner de acuerdo a 27 países que , finalmente, se reunieron en Washington, en el marco de la llamada ‘’Conferencia del Meridiano’’ para aprobar este sistema horario común.
Se creaban así los husos horarios o zonas horarias, que son cada uno de los 24 sectores en que se divide la superficie de la Tierra. Resultan de dividir los 360º de la esfera terrestre entre las 24 horas que toma en dar una vuelta completa sobre su propio eje. Cada huso horario mide 15 grados y 15 grados = 1 hora.
Se llaman así porque tienen la forma de un huso de hilar. Anteriormente se usaba el tiempo solar aparente, con lo que la diferencia de hora entre una ciudad y otra era de unos pocos minutos, en el caso de que las ciudades comparadas no se encontraran sobre un mismo meridiano. El empleo de los husos horarios corrigió el problema, parcialmente, al sincronizar los relojes de una región al mismo tiempo solar medio.
Las 24 áreas en las que está dividido el huso horario, se han dividido en relación al meridiano de Greenwich, también conocido como meridiano cero, de modo que cada 15° hacia el Este sería una hora más, y una hora menos, cada 15° hacia el Oeste.
Todos los lugares que se encuentren dentro de un mismo meridiano, deben tener un horario similar, y por ello las franjas se establecen de norte a sur a fin de establecer un sistema horario estándar para todo el Mundo.
En México, de acuerdo con el Centro Nacional de Meteorología y con la ley del Sistema Horario en los Estados Unidos Mexicano, se utilizan los husos horarios UTC-5, UTC-6, UTC-7 y UTC-8, denominados oficialmente Tiempo del Sureste, Tiempo del Centro, Tiempo del Pacífico y Tiempo del Noroeste, respectivamente.