Conoce cuál es el proceso por medio del cual, nuestro estómago le avisa al cerebro que es hora de ingerir alimentos.
Después de que has pasado ya varias horas sin comer, y tu cuerpo siente que empieza a quedarse sin energía suficiente para seguir trabajando, se activa el mecanismo del hambre.
Primero, el hipotálamo detona una señal que viaja hasta la corteza cerebral, indicando que es momento de ingerir los sagrados alimentos. Ello desencadena una serie de reacciones en todo el cuerpo, llevándote a buscar algo para comer. Para que el aviso llegue más rápido a los órganos, y sus respuestas sean recibidas, se liberan diversas sustancias que estimulan nuestros sentidos.
Uno de los químicos que liberamos es la dopamina, causante de nuestra sensación de placer, así al oler o ver algún platillo, nos veremos más incentivados a comerlo.
Las glándulas de la boca comienzan a salivar, gracias al aviso lanzado desde el hipotálamo.
El estómago comienza a segregar una hormona llamada grelina, que es la responsable de hacernos sentir con hambre. Una vez que se ingieren alimentos, la producción de grelina disminuye drásticamente.
Cuando el intestino ya ha recibido alimentos y comenzó a digerirlos, produce el péptido YY3-36, que funciona como una sustancia que elimina todo el deseo de comer, es una hormona anti-hambre.
Aunque claro, hay otros detonadores del hambre, que no necesariamente son para la nutrición del cuerpo, por ejemplo, la ansiedad o la falta de sueño.