Julia Roberts y los escritores DH Lawrence y Aldous Huxley han decidido vivir por un tiempo en el célebre pueblo de Taos, ubicado en Nuevo México, Estados Unidos, y que es reconocido por su ambiente tranquilo y relajado, además de que no tiene más de 5,800 habitantes, según cifras del 2010.
Un misterio que envuelve al pueblo desde hace ya un tiempo es un molesto sonido de baja frecuencia al que los locatarios han llamado el “Zumbido de Taos” (Taos Hum, en inglés) y que, a pesar de su ambiente relajado, muchos han asegurado oír en medio del desierto.
Los primeros reportes sobre este zumbido aparecieron en la década de 1990, lo que motivó a Joe Mullins, profesor emérito de ingeniería en la Universidad de Nuevo México, a comenzar una investigación al respecto, y al indagar sobre el tema se dio cuenta que sólo un 2% de la población en general dijo oír estos sonidos, por lo que más bien podría ser producto de la sugestión más que un hecho concreto.
Por su parte LiveScience, el portal especializado en ciencia y tecnología menciona que existen numerosas teorías para explicar ese fenómeno que va desde “lo mundano a lo fantástico y de lo psicológico a lo paranormal”, que lo vinculan con alucinaciones auditivas que pueden ser el resultado de procesos psicológicos y fisiológicos comunes o bien de emisiones otoacústicas espontáneas, que podrían ser sonidos creados por nuestros propios oídos.
Aunque hay algunas personas con una audición especialmente aguda, en ocasiones llegan a oírlos cuando están en un lugar tranquilo y cuidadosamente suelen notarlos porque son muy sutiles, así como lo plantea el doctor David Baguley, jefe de audiología del Hospital de Addenbrooke en Cambridge (Inglaterra), pues dice que un tercio de los casos de este tipo de zumbidos –que también se reportan en ciudades como Bristol en Inglaterra y Bondi, en Australia– suelen deberse a una fuente ambiental que puede ser rastreada y tratada.
El cree, en base a sus años de investigación, que la mayoría de quienes reportan este tipo de zumbidos en ciudades, se han vuelto demasiado sensibles al sonido por efecto de la sugestión, el temor o la concentración intensa que causa inconscientemente que nuestros sentidos estén en alerta máxima.
Aunque algunas explicaciones tienen más sentido que otras, lo cierto, es que ninguna de estas teorías ha logrado ser comprobada al 100%.
Fuente: Zumbido Misterioso