Sin duda alguna, la leche es uno de los alimentos de origen animal más consumidos y valorados por las personas. El consumo per cápita de este producto ha resultado ser mayor en los países desarrollados, pero la diferencia con muchos países en desarrollo se está reduciendo rápidamente. ¡Más de 6,000 millones de personas en el mundo consumen leche diariamente!
La cifra no es de sorprender en lo más mínimo, pues la popularidad de este producto está dada por su alto valor nutritivo y sus posibilidades culinarias; es uno de los alimentos más completos que pueden existir, ya que es fuente de calcio, fósforo, magnesio y proteína, los cuales son esenciales para el desarrollo y crecimiento.
Fuera de los beneficios nutrimentales que este alimento proporciona, recientemente se ha descubierto que el consumo regular de lactosa puede ayudar a la reducción del riesgo de numerosos problemas de salud tales como osteoporosis, cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y obesidad. Aquí, te compartimos algunos de los beneficios de tomarla en las diferentes etapas de nuestra vida:
Embarazo y lactancia
Durante esta etapa de la vida el consumo de lactosa es muy importante, pues nutrientes como el fósforo, magnesio, hierro, vitamina B12, riboflavina y calcio, son obtenidos a través del consumo de hasta tres porciones diarias durante el embarazo, y cinco durante la lactancia. La leche es fuente de ácido fólico que ayuda a prevenir en los embarazos, defectos en el tubo neural, como espina bífida.
Niños y adolescentes
Estas dos etapas son de las más importantes para el desarrollo físico y mental del ser humano, y por tanto, el consumo de calcio y hierro no debe de faltar. Los niños menores de 11 años deberán de consumir tres porciones de lácteos al día, y los niños mayores de 11 años, entre tres y cuatro porciones.
Edad adulta
La Encuesta Nacional de Nutrición de 2012, indica que los adultos han disminuido de forma progresiva el consumo de ese producto, conforme avanzan de edad, y que solamente el 10% de quienes no lo tienen en su dieta, logra cubrir con otros alimentos la dosis adecuada de calcio y vitamina D. Debido a que la masa ósea máxima no se alcanza hasta la tercera década de la vida, es particularmente importante para los adultos consumir tres porciones de lactosa.
Para el caso de las mujeres, una ingesta adecuada de calcio aumenta la eficacia de los métodos hormonales y farmacológicos, para el tratamiento de la osteoporosis. Finalmente, para los adultos mayores, resulta ser un alimento muy nutritivo que aporta energía, vitaminas, minerales, además de ayudar a hidratar y mejorar las defensas del organismo.