El evento K/Pg (del alemán Kreide/Tertiär Grenze) es considerado como un período de extinciones masivas de especies, durante el Cretácico-Paleógeno, no se conoce la duración exacta de este evento, pero desaparecieron el 75% de las especies animales y vegetales de la tierra, incluyendo los dinosaurios. A causa de la liberación de dióxido de carbono por los masivos incendios y por la volatilización de rocas carbonatadas en el lugar del choque; los científicos creen que ocurrió un calentamiento global que duró cerca de 100,000 años.
En un reciente estudio publicado en la revista Science, se analizó la presencia de isótopos de oxígeno en restos de dientes, escamas y huesos, extraídos en el yacimiento de Le Kef, Túnez. El investigador Kenneth Macleod explica que su trabajo se basó en:
“Razonar la profundidad y la duración del calentamiento global después del evento K/Pg, y la forma en la que podría resolverse era analizando los dientes de peces, huesos y escamas mineralizadas, obtenidas en El Kef. Y estamos encantados de cómo nuestros datos confirman la existencia de un gran calentamiento después del impacto”.
El impacto del asteroide que acabó con los dinosaurios, generó un cráter en Chicxulub, Yucatán, México. Los cambios que se generaron fueron muy rápidos y difíciles de ver en el registro geológico, por ejemplo, el polvo y humo en suspensión cubrieron la atmósfera terrestre, lo cual provocó un invierno con un descenso de temperatura de dos a cuatro grados. Cuando la atmósfera se limpió, la situación se revirtió.
La investigación encabezada por MacLeod ha constatado que hubo un calentamiento de alrededor de cinco grados de temperatura en los océanos, que duró alrededor de 100,000 años. Para llegar a estas conclusiones, analizaron margas (una roca compuesta de calizas y arcillas) presentes en El Kef, Túnez, donde una vez estuvo el borde del mar de Tetis. Los investigadores tomaron muestras dos metros por debajo y seis por encima del límite K/Pg y midieron los niveles de distintos isótopos de oxígeno (átomos de un mismo elemento químico, pero con diferente número de neutrones).
“Las proporciones de isótopos de oxígeno son como un paleotermómetro, porque hay un fuerte efecto de la temperatura en la cantidad de oxígeno 18, en relación con el oxígeno 16, que se incorpora en los minerales a medida que un organismo lo secreta en su concha, huesos o dientes”, aclara MacLeod.
MacLeod y el grupo de investigación, creen que el calentamiento global que ocurrió por la caída del asteroide, tiene paralelismo con el calentamiento global que está ocurriendo ahora; con base en que “las escalas temporales son similares, la profundidad de los cambios es comparable y las condiciones iniciales no son demasiado diferentes”. Gracias a este tipo de investigaciones, se puede echar un vistazo al pasado para tratar de comprenderlo mejor, y quizás para explicar lo que podría pasar en el futuro.