Las placas tectónicas son el piso del mundo, es el esqueleto de la Tierra y las encargadas de provocar los sismos.
Las placas tectónicas explican las características y el movimiento de la superficie de la tierra, en el presente y el pasado. El concepto se formuló por el año 1960. La teoría de las placas tectónicas es muy simple y dice que la capa de la superficie de la tierra es rígida y se compone de un conjunto de placas grandes y pequeñas en continuo movimiento.
Las placas se mueven entre una y seis pulgadas por año, pero su movimiento es demasiado lento como para darnos cuenta de él, se necesita de millones de años para que este movimiento sea significativo.
La mayor parte de la tierra está compuesta por siete grandes placas, y otras de menor tamaño e importancia. Las siete grandes placas incluyen: la Placa Sudamericana, Norteamericana, Euroasiática, Indoaustraliana, Africana, Antártica y la Placa Pacífica. Algunas de las placas menores son la árabe, la del Caribe, y las Placas de Escocia.

El movimiento de las placas tectónicas no es en la misma dirección, y esto provoca que choquen y rocen unas con otras, estos choques llegan hasta la superficie de la tierra provocando terremotos, formación de montañas, e incluso tsunamis. Todos estos fenómenos se producen con mucha más intensidad, en los bordes de las placas tectónicas.
Existen diferentes tipos de movimiento de dichas placas:
Movimiento Divergente: es cuando dos placas se separan y producen lo que se llama una falla, o sea, un agujero en la tierra, o una cadena montañosa submarina
Movimiento Convergente: es cuando dos placas se juntan, la placa más delgada se hunde sobre la más gruesa y esto produce cadenas montañosas
Movimiento deslizante o transformante: las dos placas se deslizan o resbalan en direcciones contrarias y también provocan fallas.