En la medida en la que el hombre evolucionó, sus técnicas de sobrevivencia mejoraron, como en el caso de la alimentación.

Una nueva investigación publicada en la Proceedings of the National Academy of Sciences, nos habla de una hipótesis de cómo nuestros antepasados pudieron usar los recursos de la naturaleza y de los lugares en donde se asentaban para comer, por lo que se cree que pudieron cocinar sus alimentos utilizando aguas termales.
En el norte de Tanzania, en la región de Olduvai, investigadores del MIT y la Universidad de Alcalá, liderados por Ainara Sistiaga, encontraron fósiles humanos de homínidos que existieron hace 1,8 millones de años, muy cerca de asentamientos de aguas termales, así como herramientas de piedra, por lo que no descartan la idea de que ellos podían hervir carne y cocinar vegetales.
Muestras de un organismo hipertermófilo, que sólo prospera en aguas en ebullición, en una región tectónica que tuvo volcanes activos durante millones de años, es una prueba más de cómo las costumbres de nuestros antepasados nos siguen impactando en pleno siglo XXI.
Fuente: Comida hervida