La materia oscura es una misteriosa sustancia, que no se ha podido detectar, pero que teóricamente constituye más del 80% del cosmos, siendo un componente esencial para que las galaxias puedan existir. Se estima que todas y en especial las galaxias en espiral, como la Vía Láctea, poseen una importante dosis de materia oscura en sí mismas y eso hasta el momento es indudable en la astronomía.
Eso quiere decir que no la podemos ver, ni es absorbida por los materiales, ni tampoco es reflejada.
Se sabe que existe porque hay muchas pistas que nos dan la astrofísica y la cosmología. Un ejemplo sería que esta materia es necesaria para explicar la rotación de los objetos en las galaxias.
En los últimos años se ha vivido una revolución investigativa respecto al descubrimiento de que la inmensa cantidad de objetos estelares tan solo contribuyen al 4% del total del material en el Cosmos, mientras que el 96% restante es de naturaleza aún desconocida, ha cambiado completamente nuestro paradigma sobre lo que pensamos del Universo, su evolución y desarrollo.
Ahora en una antigua mina de oro a un kilómetro y medio de profundidad, dentro de un tanque de titanio relleno con un extraño gas líquido, un grupo de científicos inició la búsqueda de la materia oscura, hasta ahora imposible de encontrar.
Los científicos dicen que la iniciativa, que lleva cinco años de planificación y cuesta 60 millones de dólares, se puso finalmente en marcha hace unos meses, tras una demora derivada de la pandemia del COVID-19.
Aunque hasta ahora el aparato no encontró nada, los científicos destacan que el equipo parece estar funcionando y filtra la mayor parte de la radiación que esperan bloquear.
Dicen que las posibilidades de encontrar materia oscura antes de que concluya el experimento son “probablemente menos del 50%, pero más del 10%”, de acuerdo con Hugh Lippincott, un físico que hace de portavoz del equipo de científicos.
Fuente:
10 Dedos de Frente 