Nos dicen “tormenta solar” y queremos salir corriendo, de verdad suena horrible, aunque tras ese mote se esconde un suceso totalmente normal.
Luis Xavier González Méndez, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM en México, comenta que es un fenómeno común que habla de la misma actividad de la gran estrella, cuyos periodos de acción son de 11 años durante los cuales es más probable que ocurran este tipo de explosiones o tormentas magnéticas.
El sol es una bola gigante de gas ionizado, caliente y activo que siempre está expulsando plasma y campo magnético en la forma de viento solar.
Otras explosiones más grandes se llaman fulguraciones y algunas veces emiten intensas burbujas de plasma, conocidas como eyecciones de masa coronal y compuestas por partículas energéticas solares, (SEP por sus siglas en inglés).
Es difícil que como simples seres humanos veamos los efectos de una tormenta solar, aunque la ciencia afirma que las partículas emitidas por una de esas sí podrían afectar a los satélites, las comunicaciones, el Internet y la geolocalización, entre otras muchas cosas.
Durante una explosión en la superficie del sol los rayos X, medidos en velocidad luz, tardarían 8 minutos en llegar a la Tierra, además de estar a casi 150 millones de kilómetros de distancia por lo cual se desviarían por el campo magnético interplanetario, tardando horas o incluso días en afectarnos.
Fuente: Tormentas solares