Ya se especulaba de la existencia de los agujeros negros desde el siglo XVIII, Albert Einstein con la resolución de las ecuaciones de la teoría de la relatividad sabía de su existencia, aunque dudaba de ellos. Para los años 60, partiendo de esa misma teoría se hicieron pruebas para identificar ondas gravitacionales correspondientes a dos agujeros negros.
Stephen Hawking redefinió el estudio del universo y comprobó que todo empezó con el Big Bang donde surgió un estallido, emergió la materia nació el Universo.
En abril de 2019 Sheperd Doeleman, astrofísico de la Universidad de Harvard y director del proyecto Internacional Event Horizon Telescope (EHT), dio a conocer la primera imagen directa que se ha intentado obtener del agujero negro supermasivo situado en el centro de la Vía Láctea y de otro agujero más grande en la galaxia M87.
El primero se ha elegido porque es el que tiene un tamaño aparentemente más grande desde la Tierra, parecido al de una naranja, situado arriba de la Luna y se observa con la red del EHT.
El segundo, como una pelota de golf, también arriba de la Luna, está situado en la constelación de Virgo, es más grande que el de la Vía Láctea, pero está más lejos.
Estas imágenes confirman la existencia de los agujeros negros y la teoría de la relatividad general de Albert Einstein de manera indirecta a través de la detección de ondas gravitacionales, pero que nunca hasta ahora se había podido observar directamente.
Como dato curioso Katie Bouman, una joven ingeniera del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), es quien originó el algoritmo que hizo posible ver esta primera imagen del agujero negro, un hecho que ya cambió el rumbo de la astronomía moderna.
Fuente: Agujero negro