El sistema nervioso parasimpático y el sistema nervioso simpático son parte del sistema nervioso autónomo de nuestro cuerpo, una máquina perfecta, que funciona con señales eléctricas, capta estímulos de nuestro alrededor, y procesa la información de diferentes maneras.
Los actos involuntarios que nacen de la cabeza hasta la médula espinal son actos del parasimpático, que ayuda a que nuestro cuerpo se mantenga relajado controlando al corazón, las pupilas, los esfínteres y la vejiga urinaria, y provoca que vayamos al baño plácidamente.
Cuando nos asustamos demasiado o en raras ocasiones, de manera inconsciente, provoca desmayos o el típico “me hice pipí”.
Nuestro cuerpo cuando da la alerta de peligro, dilata la pupila, provoca taquicardia y acelera la respiración, nos hace actuar o sentir de cierta manera; en pocas palabras luchar o correr. Pero después de la tormenta viene la calma, nos ayuda a relajarnos. Además de ser un buen estimulante digestivo y producir la saliva, también es el responsable de la sexualidad humana, la que en estado de reposo permite la excitación sexual.
Mantener una vida lejos del estrés, disminuye la ansiedad y como consecuencia mejora la salud física y mental.
Fuente: Sistema Parasimpático