Cuando vas al campo y regresas lleno de bolitas de hierba que no puedes despegar de tu ropa, esas pequeñas semillas responsables se llaman de bardana ó cardo alpino.
A George de Mestral le pasó lo mismo cuando regresó a su casa, en 1941, su perro y él estaban llenos de bolitas. La curiosidad de adherencia e imitación de la planta fue la que hizo que a George se le ocurriera inventar el famoso velcro que hoy es tan común.
Esas pequeñas plantitas tienen flores como miles de ganchitos en la punta en forma de “c” que hace que se peguen bastante bien a la tela y al pelo de los animales.
El suizo unió dos tiras: una de tejido enredado y la otra con ganchitos, lo que hace que se unan entre sí. La combinación de sílabas Velours (bucle) y Crochet (gancho), hicieron a la marca VELCRO® desde 1959.
Originalmente el invento se produjo en algodón y evolucionó de tal manera que la NASA comenzó a aplicarlo durante los años sesenta para facilitar el uso de sus trajes espaciales. Muchos fueron los beneficios del material, tanto que los tripulantes comenzaron a utilizarlo para fijar lo que se les ocurriera a falta de gravedad en el espacio, por eso se piensa que la NASA fue quien lo inventó.
Desde 1978 que caducó la patente de Mestral, las imitaciones baratas no han parado, sobre todo para los asiáticos en su deseo de producir y producir.
Ahora que los perros y los paseos a la naturaleza están de moda, cuando camines por ahí observa a tu alrededor y no pierdas detalle, puede que aprendas algo y te pase como a George y su perro.
Fuente: Velcro