Pensar que los eructos de vaca contaminan el ambiente, en realidad parece un chiste, pero los científicos del INIA (Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria), estudian cómo aplicar la mejora genética para reducir las emisiones del ganado.

Así es, los animales rumiantes que mastican y eructan todo el día, contribuyen con sus emisiones de gases al calentamiento global de manera similar a como lo hace la aviación. Se trata de un gas de efecto invernadero menos abundante que el dióxido de carbono, pero mucho más dañino por su facilidad para atrapar el calor del planeta de la misma manera que un coche familiar.

No se contempla modificar directamente el ADN de las vacas, pero sí se incorporará en el programa nacional de mejora genética para que los terneros del futuro gocen de una digestión más sostenible. Aún así, sólo por selección genética reducir las emisiones de metano un 10% será en 10 años.

Y aunque hay diversas opiniones respecto a cómo mejorar la producción de la ganadería para consumo humano, se reconoce la necesidad de mejorar la gestión tanto de la agricultura como de la ganadería para paliar la crisis climática.

Fuente: Eructos de vaca

@10DedosDeFrente