Pareciera que la violencia humana se vuelve tendencia y algo normal en nuestra vida.
David Bueno, profesor e investigador de genética en la Universidad de Barcelona, se preguntaba si el ser humano era una especie violenta por naturaleza, a lo que concluyó: “Somos una especie violenta por naturaleza. Por dos razones. Porque somos agresivos y porque somos creativos. Sin imaginación no seríamos violentos”.
Así como los animales pelean por su territorio y su instinto machista de supervivencia, el ser humano, así de simple, también compite como animal sin connotaciones éticas ni morales. La creatividad entra en juego cuando su deseo de imponerse lo convierte en agresivo y usará cualquier herramienta para conseguirlo.
El factor determinante del nivel de agresividad de una persona es la cantidad de testosterona con la que ha nacido y el ambiente en el que crece.
Un ser humano puede deshumanizar a otro hasta convertirlo en cosas, por ejemplo, la tortura, la trata de personas o la violencia de género. Canalizar esa violencia para disminuir su impacto es a través de la educación y la empatía.
El estrés nos vuelve más agresivos, la eficiencia de la corteza cerebral disminuye y nos impide que tomemos de decisiones. El tener la cabeza ocupada en leer, hacer deporte, ponernos en los zapatos de otro, meditar y controlar nuestra histeria hará de nosotros mejores seres humanos.
Fuente: Agresividad