Al enfermarnos de gripe normalmente sentimos cuerpo cortado, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, malestar en la garganta, congestión nasal y pocas ganas de salir de la cama. Sin embargo, cuando eso pasa en lo último que pensamos es en faltar a nuestro trabajo.
Mantener limpias las superficies, lavarnos las manos constantemente, evitar a las personas que tosen, ya no es suficiente. Un dato importante que nos revela un estudio liderado por científicos de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, es que el virus de la gripe se propaga con gran facilidad, afectándonos principalmente la nariz, garganta y pulmones con sólo respirar.
El aire que nos rodea se contamina con pequeñas gotas que permanecen volando el tiempo necesario como para que otro más lo inhale y se enferme aún sin toser o estornudar, es por eso que la gripe constituye un importante problema de salud pública. Los estudios realizados podrían usarse para mejorar las posibilidades en el riesgo de transmisión y reducir el impacto de las epidemias.
Quedarse en casa para recuperarse y no contaminar el entorno es lo mejor que podemos hacer por los demás.
Fuente: Gripe