Cuesta trabajo imaginar que un huevo tenga sabor y que además sea exquisito. En España, por ejemplo los huevos con sabor a queso o ajo existen, y la receta tradicional con un toque de sabor a mar son los estrellados con angulas y trufas.
Los huevos de sabores son una receta antigua que surge como consecuencia directa de una de las características fundamentales de su cubierta.
La cáscara, de apariencia dura, es una estructura viva en constante intercambio con el exterior por numerosos poros que forman túneles y permiten el intercambio gaseoso. Sus dos estructuras membranosas proporcionan protección a bacterias y otros microorganismos, que se aprovechan para saborizar los huevos.
Una receta muy prometedora y con gran éxito son los huevos trufados, que se logran poniendo huevos de gallina en un recipiente cerrado durante unos días para que el aroma y sabor queden impregnados, para luego freírlos en aceite de oliva y degustarlos con papa rayada. ¿Se te antojó?
La trufa es un tipo de hongo con apariencia similar a una papa oscura por fuera y en su interior blanquecina o grisácea, se caracteriza por su aroma agradable y su buen sabor, lo que hace que algunas trufas sean verdaderas joyas dentro de la gastronomía europea.
Aunque una trufa también puede ser una especie de chocolate o dulce, su nombre lo adquiere por la similitud en apariencia a la de este hongo.
La idea de industrializarlos y ampliar la gama de sabores es de Cayetano Belso, de 26 años y nacido en Alicante, España, pues se inspiró en la técnica de su mamá para aromatizar los huevos de trufa negra.
Así es que si quieres disfrutar de un platillo delicioso al alcance de tu mano, ya sea fritos, revueltos o en omelette, primero tendrías que hacerte la pregunta, ¿de qué sabor quiero mis huevos hoy?
Fuente: Huevos, El sabor de los huevos