Las grasas saturadas nos dan energía, nos ayudan a mantener las uñas, el cabello y la piel saludables, y proporcionan calor. Hacer una selección salubable de ellas sería lo más conveniente para no excedernos en calorías y mantener nuestro peso ideal.
Los tres tipos de grasas que podemos encontrar en el mercado son:
– las saturadas de origen animal como carne, pollo y pescado
– las insaturadas de origen vegetal como las semillas
– las grasas trans son las muy procesadas como las hamburguesas y papas fritas
Sin embargo, por muy rico que parezca comerlas, exagerar en su consumo afecta nuestra nuestra capacidad de concentración según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Ohio (Estados Unidos), publicado en el ‘American Journal of Clinical Nutrition’.
El intestino tiene la capacidad de absorber bacterias que ingresan al torrente sanguíneo y van directo al cerebro alterando la atención.
Así es que si quieres además de tener una buena figura, también quieres pensar claro, por eso cuidar lo que comes te hará aún más inteligente.
Fuente: Grasas saturadas