En estos últimos meses se puso de moda el famoso pulpo reversible, que nos muestra un pulpo con dos emociones totalmente opuestas.
Pero ¿qué pasa con los pulpos verdaderos?, ¿ellos en realidad pueden experimentar emociones como el dolor? La neurobióloga Robyn Crook ha sacado a la luz una investigación en la que lleva trabajando durante años y con la que ha probado en pulpos las mismas técnicas que se aplican en ratones para conocer su respuesta al dolor.

Este estudio concluyó que a pesar de que los pulpos poseen un sistema nervioso totalmente diferente al de los vertebrados, éstos han reaccionado al dolor de misma manera que algunos mamíferos.
La primera prueba consistió en probar la preferencia de estos animales por un lugar en el que se sintieran cómodos. Esto con el fin de probar que poseen dolor afectivo mientras se encuentran en un ambiente libre de daños. Los pulpos se colocaron en una pecera de tres cámaras y en una de ellas se les suministró a algunos una inyección de ácido acético en un tentáculo. Rápidamente, los pulpos comenzaron a evitar el paso por esa cámara.
A otra parte de ellos sólo se les inyectó una solución salina inocua y no mostraron un comportamiento evitativo de esa cámara. A los pulpos de la inyección de ácido acético se les suministró en su paso por otra cámara el analgésico lidocaína y pronto comenzaron a preferir estar en esta cámara, es decir, en la que habían experimentado un alivio inmediato.
Sin duda, estas investigaciones han logrado que comprendamos cómo funciona el sistema nervioso de los invertebrados, que hasta hace algunos años seguía siendo un misterio para los investigadores, y ¿por qué no? Tal vez en unos años sepamos si es que estos animales también son capaces de sentir amor.
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