Durante años los científicos han buscado comprobar la teoría de que no estamos sólos en el universo, si bien gracias a la ciencia ficción hemos tenido una fuerte certeza de que esta teoría podría ser cierta, la triste verdad es que podría ser solo un sueño.
Todo comenzó a principios del 2017 cuando científicos en Hawaii detectaron un objeto no identificado ingresar a la atmósfera, durante 3 noches varios telescopios siguieron su trayectoria hasta que lo perdieron de vista.
A este objeto le pusieron por nombre Oumuamua, que significa «mensajero de lejos que llega primero» en hawaiano.
Pero ¿qué despertó el interés de los científicos? La respuesta radica en que no era un objeto normal, ya que media 400 metros de largo, su ancho era 10 veces menor, además rotaba de manera veloz con una trayectoria totalmente caótica y lo más impactante fue su brillo que cambiaba de manera abrupta.

Tiempo después, científicos de Harvard especularon que podría tratarse de una sonda totalmente operacional enviada de manera intencional a las proximidades de la Tierra, por una civilización alienígena o que podría tratarse de «un resto de un equipo tecnológico avanzado», en específico una vela solar, un dispositivo que se propulsa por la radiación solar o el plasma del viento solar.
Pero la triste realidad es que los nuevos datos arrogan un resultado totalmente diferente y desalentador, ya que los científicos Desch y Jackson descubrieron que probablemente se trataría del resto de un planeta similar a Plutón, pero de otro sistema solar. En base a las colisiones y a los materiales, sería posible que en otros sistemas solares se hubiera generado un Oumuamua.

Sin duda el universo está lleno de misterios esperando a ser descubiertos y nuestro único consuelo es que tal vez en algún recóndito lugar exista vida extraterrestre.
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